29 de abril de 2010

Cumpleaños y visitas

El viernes 23 de abril fue el cumpleaños de mi marido y mis hijos le dieron la alegría de llegar con los nietos: Renato desde Pilar, Buenos Aires, y Lola desde Viedma, se volvieron el domingo. Fue un fin de semana de ternuras, besos, sorpresas, comidas, sueño, amigos, guitarreadas, la casa llena de gente por momentos, y una sensación de tibieza en el corazón y a la vez un apretar de nudos en la garganta y el estómago. Los hijos están grandes, toman sus decisiones, hacen elecciones, viven sus vidas, claro que siempre recurren a nosotros cuando necesitan algo, y está bien que sea así, nos guste o no. Nosotros elegimos siempre en función de ellos, de lo que creemos que es mejor, de lo que pensamos que les gustará, pero no siempre acertamos y cambiamos los planes si nos lo piden. Christian, el mayor, nos dice siempre que no pensemos en ellos, que hagamos nuestra vida como nos plazca, que ellos también lo hacen, pero es inútil, siempre están primero cuando organizamos algo, cuando compramos algo o cuando decidimos algo. Creo que todos los padres hacemos lo mismo.
El lunes temprano nos fuimos a Bariloche por trabajo, con un matrimonio de amigos, el viaje dura unas cuatro horas y media. Normalmente disfruto mucho del paisaje, conversamos, contamos anécdotas, nos reímos, pero éste fue distinto. Un cansancio inmenso me invadió y no podía estar con los ojos abiertos, al llegar al hotel dormí siesta y recién pude salir a eso de las cinco de la tarde. Mientras Osvaldo trabaja yo paseo por el centro, miro vidrieras, recorro la costanera, camino y camino, siempre es así, pero esta vez se redujo a unas pocas cuadras, tal era mi agotamiento. Debió ser que me relajé después de muchas emociones. Como sea, recién en el viaje de vuelta pude admirar el otoño en todo su esplendor en los árboles y paisajes, estuvimos muy poco tiempo y no recorrimos los lugares más bonitos de la cordillera, pero me sirvió. Acá van algunas fotos.

11 de abril de 2010

Lo que callan los silencios


En adhesión al Día Internacional de la Mujer, el sábado 6 de marzo se presentó en la Biblioteca Popular "Naciones Americanas" de Allen, la novela "LO QUE CALLAN LOS SILENCIOS" de la escritora Elisa O. Pérez de Oscar, maestra y narradora oral que nació en Buenos Aires pero vivió la mayor parte de su vida en la Patagonia Argentina, una amiga y compañera de muchos años.
Escribió cuentos y poesías que integran Antologías nacionales e internacionales. Recibió premios y menciones especiales por sus textos.
Publicó: "Huellas de abril", cuentos breves; "Los chicos del barrio", declarado de Interés Municipal por el H. Concejo Deliberante de la ciudad de Allen y de Interés Educativo Provincial por el H. Concejo Provincial de Educación de la Pcia de Río Negro. "Cuentos y recuentos de la abuela", narrativa infantil; "El sueño de Agustín", cuento infantil; "Cantos rodados", poesías; "Piuque de la Patagonia", narrativa Infantil.
Esta novela habla de silencios, de secretos y sumisiones. Relata la vida de una MUJER que supo reinventarse y encontrar una razón para vivir y obtener el respeto y la valoración de un pueblo que nació a partir de su adolescencia interrumpida, un pueblo que surgió como muchos otros pueblos de la Patagonia, con sus necesidades, sus frustraciones, su olvido, pero también con sus logros y su lenta pero inexorable evolución.
La sensibilidad de esta escritora, allense por adopción, se percibe en cada una de las palabras del relato, en cada personaje, en cada situación tan similar a la que vivieron realmente los pobladores patagónicos que hace que el lector se transporte, sufra, goce  y sienta como ellos. Sin duda, una "joyita".

Transcribo el párrafo inicial (a modo de prólogo):

¿Qué es el silencio? ¿Es no hablar? ¿No oír? ¿No decir? ¿No escuchar? ¿Hay otro silencio? ¿Hay muchos silencios? Silencio de palabras. Afasia. Silencio de gestos. Silencio de soledad. Silencio de voluntad. Silencio por indiferencia. Silencio por abulia. Silencio por sordera. Silencio por el silencio mismo. Silencio por omisión. Silencio por ignorancia. Silencio cómplice. Silencio: "de eso no se habla..." Silencios y más silencios...

Editorial Dunken- Buenos Aires- 2010