20 de octubre de 2009

Bubalcó


El domingo 18, día de la Madre en Argentina, fui a conocer un zoo privado que se inauguró formalmente para el público hace un mes. El dueño, el señor Rajneri, tenía en su chacra de Allen a orillas del río Negro, un pequeño zoológico que sólo podían disfrutarlo sus conocidos y algunos vecinos. Tuvimos, mi familia y yo, la suerte de que uno de esos vecinos nos llevara a conocerlo hace ya muchos años, ahora habilitó un predio enorme sectorizado: un imponente aviario que tiene una gran red sobre los árboles y un brazo del río, con faisanes, cisnes negros australianos, de cuello negro, pavos reales y todo tipo de aves de la zona, además de algunos otros animales como pudú-pudú (pequeño ciervo patagónico), maras, zorros y otros que no pudimos ver. Un sector con guepardos, otro con tigres blancos, uno con animales de la sabana africana, otro con loros, guacamayos y cacatúas de distintas partes del mundo, animales de corral, domésticos, etc. Y un gran invernadero con flora y fauna tropical. Está prevista la llegada de varios pobladores más. Muy bien cuidados, limpios y alimentados, con espacios grandes y mucha libertad (al menos la que se puede sin que ofrezca peligro para el visitante). Los senderos son amplios, hay lugares de sombra con bancos para descansar, ya que el recorrido es largo, baños públicos muy limpios y permanentemente atendidos. Nos pareció un hermoso lugar para pasear, un poco caro para nosotros, pero se entiende que cuesta mucho mantenerlo. Me gustaría que los niños de las escuelas públicas puedan visitarlo en forma gratuita, ya que de otra manera no creo que muchos tengan el privilegio de conocerlo.

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